domingo, 1 de junio de 2008

Ella y El

Sentado sobre un puñado de hojas me encontraba, mi cabeza envuelta en humo retumbaba.
Ella, ella caminaba con mucha gracia nada en su espacio se desperdiciaba, y llego a mi.

Llego a mi como llegaba el viento de otoño, me tendio su mano como no lo hacia otro. Y me levanto.
Tambien me pare como no lo hacen otros, con grandilocuencia mi levantar se gestaba.

Hasta que estube a la alura de sus ojos, esos ojos... Ojos que rompen esquemas, que desgarran.

No tuve palabras, pero no podia quedar ahi. Las invete para ellas, cree nuevos terminos para su belleza.

Esa es y sera ella...

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