viernes, 24 de enero de 2020

Una conversación lleva a la otra, por instantes pareciera que la tierra se detiene y deja el tiempo pasar. Un vislumbramiento me dice que algo sucede, No soy igual en lo que digo y escribo. Cambio, pero no cambio mucho. El color de las flores no es el mismo bajo el sol que cuando una nube pasa o cuando entra la noche y las flores son color de sombra. Pero quien mira ve bien que son las mismas flores. Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo fijaros bien en mí: si estaba vuelto para la derecha me volví ahora para la izquierda, pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos pies. El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra y a mis ojos y oídos atentos y a mi clara sencillez de alma. -Fernando Pessoa, Poema XXIX.
Saco de la mochila un paquete entubado, rompió el abre fácil con un dedo y retiro una bolsa de basura oscura y brillante. La agito al viento y la abombo, luego con un rama relativamente grande comenzó a recoger los trozos de papel que habían quedado regados por todos lados. Camino varias cuadras moviendo su carro, que cada vez tenia mas bolsas negras completas y cerradas. Doblo una esquina, dejo el carro estacionado y se sentó sobre la acera. Abrió la mochila y saco un paquete cuidadosamente envuelto en servilletas. Adentro había un pan con mantequilla por un lado, era poca pero esparcida cuidadosamente para que cubriera todos los bordes del cuarto de marraqueta, en el otro pan había una rodaja de tomate. El poto del que había robado hace unos días, la comida iba escaseando. Los vuelve a cerrar, se come la mitad y limpia las migas con el dedo mientras las deja en su boca. Se levanta y se acerca a la reja de una casa, llama con una piedra, con la otra mano agita una botella de coca cola vaciá y pidió si se la podían llenar de agua. Salio una señora algo asustada, gritando que que quería, que hay un timbre y no es necesario tocar con una piedra. Hace el mismo ademan con la botella y grita. Agua, la señora lo queda mirando un rato. Entra a la casa y sale con una botella más grande y se la da. La toma y la bebe ahí mismo, la mitad de la botella y la devuelve. La señora se niega y se retira, el guarda la botella grande en su mochila y la pequeña la deja en las bolsas de basura. Sigue su camino por el entramado de calles recogiendo basura, luego llega a la recicladora, le da unos pocos pesos por las bolsas con aluminio, otras de cartón y otras de plástico. El orgánico lo separan y se va con el resto de basura para hacer compost. Se despide y avanza por la calles. Lleva el carro por el parque, pasando por el pasto con gran esfuerzo. Llega hasta un espacio creado entre una estatua y varios arboles, saca de entre las malezas un colchón. Lo golpea con las palmas y le saca un poco el polvo, arma con unas telas unas paredes y se sienta sobre el colchón. El carro sirve como puerta, se acerca dos perros y se sientan a su lado, el los palmetea con cariño y saca trozos de una empanada de la chaqueta y se los da, se echan a dormir. El ladrido de uno de los perros lo despierta sobresaltado, el otro comienza a gruñir. Se escucha un grupo hablando fuerte, gritando, deben estar de joda piensa. Pero escucha que los pasos se acercan, se pone alerta. Los perros se levantan. Alguien grita, “he viejo dile a los perros que no hacemos nada” y los toca y se tranquilizan. El grupo se acerca, son tres chicos. “viejo te querés ganar un poco de plata” le dice uno cagado de la risa, el otro esta atrás igual sonriendo. El tercero solo quiere irse, “dejemos en paz al tipo boludo, es re tarde” El otro lo manda a callar y le grita, “no seguís caliente por lo de hoy día? Vamos esto te va a dejar mas tranquilo, me lo enseño mi viejo y a este el suyo. Siempre ha sido así, he viejo, querés o no querés? El hombre se levanta y los mira desafiantes, “salí acá y te explicamos” el viejo mueve las cortinas y cuando sale le llega un puñetazo en la cara que lo desestabiliza pero no lo bota. Se yergue y los mira desafiantes, “eso viejo, te pegamos y por cada patada que recibas te pasamo plata. El viejo avanza y le llega una patada en el estomago que lo hace arrodillarse, los pibes le tiran dos billetes. El los agarra y los guarda aun arrodillado… “viste boludo, si quiere… dale, vamos” el segundo amigo no espera que se levante y le da un rodillazo en la nariz. El viejo trastabilla, y cae de espaldas, el billete aterriza sobre su pecho, los perros comienzan a ladrar y el los echa. Se levanta y se abalanza sobre uno, pero el tercero lo agarra por detrás. “te quería pegar… así no era el trato” Los otros dos se enojan y los muelen a palos” El viejo esta tirado en el suelo, todo sangrando. Mirando al cielo, los perros lamen su piernas y brazos. Se escucha una voz muy serena que se acerca. Les tira algo a los perros y ellos se alejan a comerlo. Se agacha al lado del viejo y le da a beber agua. El viejo lo mira desafiante, es un tipo común. Le pasa un trapo con agua por las heridas de la cara y le dice que se levante porque tiene la nariz rota y se puede ahogar. El viejo se sienta sobre el pasto y el tipo se arrodilla otra vez a su lado. Le dice, si quieres te das un baño en mi casa y comes un poco, te parece? Vi lo que hicieron esos pendejos y no podía quedar así, llame a la policía pero ellos se fueron antes de que ella llegara y te dejaron tirado. Decidí bajar y ayudarte. El viejo lo miro mucho rato y apunto sus cosas, el las miro y se voltea “no te preocupes por esas cosas anda, vamos parate y te ayudo a ir” Levanta al viejo de un brazo y se lo pone detrás de la espalda, lo lleve entre a rastras y cargando. Suben al departamento y lo lleva al baño, lo sienta en la taza, le pasa una toalla y cierra la puerta. El viejo mira la toalla, es blanca y apenas la toca la mancha de barro y sangre. La deja en el lavamanos, se levanta y mira su reflejo en el espejo, comienza a desvestirse y se baña. El agua cae por su cara y la limpia, el vapor de agua se mezcla con un increíble aroma que lo hace babear. Sale de la ducha, se seca y se vuelve a vestir. Sale del baño y el tipo le dice que bote esa ropa, que en la cama le dejo otra para que se cambie y que se apure porque la comida se enfriá. El viejo vuelve a desvestirse y se cambia de ropa, entra a la cocina bañada del maravilloso olor y en la mesa solo hay un puesto. Al otro extremo esta sentado el hombre, se sienta y vuelve a mirar fijamente al hombre. Este lo mira y asienta para que come, al mismo tiempo dice vamos que se enfriá y hay varios platos mas. El viejo come a toda prisa y el señor le trae mas comida. Le sirve vino en una copa. El viejo come y bebe todo lo que le ofrecen hasta no poder mas, se cae de sueño. El señor lo ayuda y lo lleva a una pieza, le dice que esta es su cama por todo el tiempo que quiera dormir que ya mas tarde el hablaría con el. El viejo se recuesta y queda dormido. Suena la puerta abrirse es el señor con un café y unas tostadas que deja en la mesa, toca al viejo para que despierte y este se asusta y se levanta rápido en alerta. “Tranquilo, tranquilo. Esta todo bien, come esto. Te espero en el living” El viejo termina todo, bastante rápido. Camina por la casa buscando el living y ve al señor sentado en un sillón que lo llama, “eh, es acá siéntate al frente mio por favor” Sobre la mesa hay un revolver, el viejo se asusta. “Tranquilo, no pasa nada. Es para mi” El viejo abre los ojos y mira a la salida. “Quiero que me mates, esa es la verdad. Soy un cobarde y te he ayudado estos días porque vi la oportunidad para aprovecharme de eso” No te preocupes, no necesitas saber nada mas, solo toma la pistola apuntala a mi cabeza y dispara, luego te puedes ir tranquilo de esta casa.
Entrar en un espacio desconocido, cerrar los ojos. Recordar o intentar imaginar cuales fueron las razones para decidir entrar a este espacio. En el momento exacto de entender las cosas es cuando todo cobra un sentido distinto, me explico. Abrir una totalidad de saberes.
Quizás parecía nocivo pensar demasiado, pero a estas alturas era lo único que les iba quedando. Recostados sobre el borde de la cama miraban por la ventana como las luces de la ciudad se iban prendiendo. Se levanto y camino un poco por la pieza, el calzoncillo le quedaba con vuelos y algo suelto. Buscaba un calcetín, durante todo el proceso del acabar la luz del dia y comenzar la luz ficticia busco ese calcetín.
El claroscuro de la mañana desaparecía y no podía creer lo que había frente a mi, su cuerpo ensangrentado yacía mirando el suelo. El cielo amanecía y yo entendía que mi padre acababa de morir. Desperté en el tren camino al trabajo, no entendía muy bien que estaba pasando. Solo que estaba sudando frio y el clima no ayudaba, una señora me miraba fijamente. Intente varias veces mirarla directamente para que desistiera de mirarme tanto pero su ojos eran mucho mas potentes que los míos o quizás con mucha mas convicción. No tenia idea de que hacia ahí, agarre mi celular y vi que estaba sonando música y que tenia auriculares. Recién me daba cuenta que estaba escuchando música, ¿Estaba soñando? Guarde el celular y mire por la ventana. Conocía el lugar, es el camino que hago todos los días a capital. ¿Pero que fecha era? Volví a buscar el celular, lo había sacado para ver eso y lo había olvidado. Miércoles 3 de junio. Lo guardo otra vez, me dieron muchas ganas de ir al baño. Miro el panel donde salen las estaciones que faltan. Quedan demasiadas, no conozco las otras estaciones. Es decir, nunca me he bajado. Necesito ir al baño. Me apretó, cada musculo de mi cuerpo se contrae. Cruzo una pierna sobre la otra. Pasa un rato y cruzo la otra. Meto las manos en el bolsillo de mi pantalón y con la mano derecha agarro mi pene. Lo estrangulo. Me habían dicho que pensar en sexo baja las ganas de ir el baño, que tiene relación con que el camino es el mismo. El tubo deferente. Por ahí pasa pis y semen. No puedo pensar en nada, ¿mi ex novia? Por que me haría eso, algún video porno. Mirar a alguien en el tren e imaginar alguna cosa sexual. No puedo. Me levanto, comienzo a caminar por el pasillo. Vagón por vagón, el estomago se me apretá. Siento que algo adentro mio va a estallar. El tren se detiene y se abre la puerta, no tengo muy claro que lugar es. No sube nadie, yo bajo. Camino por el anden, no veo los baños. No veo a nadie. Una familia espera desde el otro lado. Veo un basurero, hay una botella. La destapo y orino todo lo que puedo adentro. La botella es de 500cc pero estoy haciendo mas que eso. Con una mano la sostengo y siento como se empieza a entibiar. El liquido esta llegando hasta el borde, no voy a alcanzar. Se detiene, deja de salir orina. Doy el ultimo apretón y sale un pequeño chorrito. Cierro la botella y la dejo en el basurero. Camino hasta una silla y me siento.
El mito de un grupo nace y se concreta en la primera piedra que se coloca para formarlo. Y nuestro grupo no seria la excepción, siendo una simbiosis de dos agrupaciones nacen las ansias de experimentar.
Despertarse temprano era extraño, la mañana venia cargada de responsabilidades mas que ajenas a mi ser. Es decir, entiendo como funciona en cierta medida el mundo o como he ido entendiendo a través de los años. Somos seres productivos es decir, las cosas no avanzan si no las movemos. ¿Pero hacia donde? Uno ve que el crecimiento de la raza humana es exponencial, gigantesco. En un par de años solo quedaran humanos y animales domésticos, cualquier tipo de animal ajeno al sistema es eliminado. A veces recuerdo la vida en la carretera como la única salida posible, estar en constante movimiento entre ciudades y países para conocer distintas perspectivas. Pero el dinero condiciona. La ética del trabajo ataca de tal forma, que resulta difícil mantenerse en una sola linea.
No había caso, limpiaba el espacio esquinado y la mancha no se iba, volvía con fuerza. Era como que levantara un jugo de color suciedad y al sacarlo estaba seguro que la mancha era mas oscura y levemente mas grande. Decidió dejarla ahí y no prestarle más atención. Salio del dormitorio, dejo los utensilios en la cocina y los lavo. Los dejo secando y calentó un poco de agua, fue al living y antes de sentarse lo llamaron por teléfono. “Imagina que el tiempo como dimensión no existe, no es un limite y solo es una posibilidad. La energía siempre es circular, cíclica. Lo que vives ahora lo están viviendo casi todos tus múltiples universos y tu pasado y futuro puede ser alcanzado en cualquier momento, (sonido de corte)” Dejo el celular y miro el techo un rato. Había una mancha pequeña, como que se saliera la pintura. Entre mas la miraba mas le parecía la marca de la habitación, le extraño y fue a verla. Pero cuando se levanto la gravedad dejo de funcionar, como si alguien apretara un botón de apagado al sistema que con cuya fuerza nos mantiene pegados al suelo y todos los objetos y el incluido comenzaron a flotar, la energía de levantarse lo impulso hacia el techo y la mancha, que ahora palpitaba. Como su corazón, tenia la misma velocidad podía verlo o sentirlo. Cuando su frente lo toco, todo se fue a negro. Ahora no entendía si estaba cayendo o se seguía elevando sin parar. Era demasiado confuso y estaba tan oscuro que no podía ver ni la punta de su nariz. Ademas de no poder mover un musculo, paso un rato en esa situación y empezó a olvidar que tenia cuerpo. Solo pensaba, una conciencia flotante o que cae o sube. No entendía bien. Pensaba en la llamada telefónica, en el café y el cigarro de la mañana. En el nuevo corte de pelo de no se quien que mencionaron en la tele y ya a estas alturas nada tenia sentido. Intento contar pero en el numero 7893 se aburrió o perdió la cuenta. Para él, o eran segundos o eran años. Es verdad que el tiempo no existía cuando dejaba de medirlo con cosas a a su alrededor. Se sintió como una montaña avanzando por la tierra a través de decenios. Paso a pasito, suave suavecito. Se maldijo a si mismo, incluso en el fin de todo y la nada misma lo perseguía esa canción. Increíble suerte o patético fin de una existencia. Se lamentaba hasta que sintió de lleno el calor de algo en la mejilla y una luz que lo obligo a apretarse lo más que pueda. Pensando que hace rato tenia que ir al baño, la luz caliente lo cubrió todo y ya se acabo la oscuridad.
Desperté en la mañana, o eso parecía. La lluvia había dejado de caer, al menos en la pieza no habían goterones y las vasijas estaban a medio llenar. Me destape y ordene las vasijas, eran tres. Cada una mas grandes, en conjunto habían hecho tres litros de agua que guarde en el armario bajo el espejo. Me pare y mire un rato en ese espejo, tenia el marco deforme. Parecía un rectángulo pero era algo mas triangular y si lo mirabas de perfil parecía un cuadrado, la imagen se curvaba un poco porque estaba doblado y daba una falsa sensación de realidad, como si fuera algo mas ancho de lo que soy y un poco mas bajo. Me sentía fuerte y pequeño, al cabo de varios meses termine por creer que ese era mi aspecto físico. Salí de la casa, le digo casa pero es una especie de pieza en medio del bosque. Afuera el fuego ya estaba hecho y me esperaban al rededor de el cuatro personas. Ivan atizaba el fuego, su cuerpo completamente pintado de rojo auguraba que se vendría una ceremonia. Me senté entre Pompeyo y Gertrudis, fumaban hachís de una pipa que Gertrudis había fabricado del hueso de un jabalí que habíamos cenado hace unos días. Pompeyo era ya un experto en armar el hachís, había una larga explanada y a lo lejos se divisaban infinitas montañas enormes pintadas por bosques aun mas profundos que este.

domingo, 19 de enero de 2020

Estar acá cada dos años.