sábado, 24 de abril de 2010

regalo

Ignacio no estaba cómodo, no se sentía bien en ese lugar. Constantemente se preguntaba porque aceptó esta invitación, no estaba en sus intenciones asistir. Esta noche en particular, no quería salir justo este día, no quería encontrarse con ella después de todo lo que pasó. Le mencionaron que ella estaría en la fiesta, eso removió viejos recuerdos en su interior. “¿Y si vine a este lugar solo para verla?” se preguntaba, la fecha coincidía, hace casi un año que dejaron de verse. Él recordaba aún la última noche que pasaron juntos, la última vez que tuvo relaciones con ella, la última vez que sintió su perfume de flores, la última vez que la vio con ojos enamorados, después, todo término.

Y ahí estaba él, en el balcón, tomando piscola rancia, usando un vaso de plástico y fumándose el último cigarrillo. Miraba por la ventana y la veía coqueteando con su pareja. “Su nueva pareja, que conoció en ese viaje a Estados Unidos. Instancia que le abrió los ojos y la hizo pensar de manera distinta. Todas son iguales” pensaba Ignacio, era demasiado Cliché estar mencionando eso, a esas alturas de la noche y en una fiesta que tenia toda la intención de ser buena. Él no lo estaba pasando bien, no tenia resentimientos con ella, no la odiaba. Quizás tenía celos por su recuperación a la relación fallida. Terminaron de buena manera, su relación era incapaz de sostenerse en el tiempo. Ella inconcientemente lo odiaba, solo bastaba una pelea por cualquier estupidez y todo salía hacia fuera, explotaba, vomitaba el odio, disparaba usando esa clase de balas de las cuales no puedes recuperarte. Quizás hacer el amor con ella era lo único rescatable, hasta que instintivamente todo comenzó a apagarse, ahora solo follaban. “Es difícil solo follar con alguien que pretendes amar, hay demasiados sentimientos incrustados en todas partes. En las sabanas, en la ropa que cae, en los gemidos, en el sudor, en los besos por despecho” meditaba esa idea mientras sorbía el concho del vaso.

Claudia bailaba en la fiesta desenfrenada, abrazaba a su pareja y le daba besos apasionados. Tomaba de todos los vasos que encontraba, hace un rato salio de una pieza donde se fumo tres pitos. Lo estaba pasando bien se le notaba, no estaba pensando y esa es la idea central de todas las fiestas con mucho alcohol. Solo dejarse llevar. Miraba a su pareja, era musculoso, bronceado, alto, se vestía bien, se afeitaba la barba y tenia el pelo corto y ordenado. “El me sirve, quizás por esta noche y algunas mas. No me quiero cansar, no me quiero casar. No quiero volver a amar. Es demasiado doloroso y no quiero volver a pasar por eso” pensaba mientras saltaba a los brazos de su fornida pareja. Vio a Ignacio en el balcón, ella también sabia que podían encontrarse en la fiesta. Tenia claro que todo eso fue un capitulo pasado y ya cerrado. Ella solo quería divertirse, y eso estaba haciendo. No quería recordar la autodestrucción y lo complicado que era intentar agradar a Ignacio, no quería volver a abrirse tanto a una persona y ser despreciada. Claudia había superado todo eso.