miércoles, 31 de agosto de 2011

Noche

Despertó en medio de la noche por sus propias tribulaciones, era el mismo sueño de siempre. Por eso no le gustaba dormir. Siempre decía que le gustaba más estar despierto, era mas productivo… aunque realmente no hiciera nada con ese tiempo extra. Es mejor soñar despierto, estar ido gran parte del día. Eran las 5 de la mañana, busco a tientas en la oscuridad la cajetilla que tiene siempre en su velador, saco un cigarro. La mano otra vez tanteando el terreno dejo la cajetilla y comenzó a buscar el encendedor, debería estar cerca, nunca pasan mucho tiempo separados una de otra. Era un “Zippo”, un regalo de un amigo que ahora se encontraba lejos. Siempre le gustaron esos encendedores, cuidarlo, mantenerlo, ponerle bencina, cambiar la mecha y la piedra. Era un trabajo que le agradaba. Lo encontró y lo abrió con un grácil movimiento y generando el típico tic que hace al salirse la tapa. Su pulgar rozo el rodillo y se hizo la luz. Sostuvo el cigarrillo cerca de la llama aspiro y una voluta de humo emergió. Uso el fuego de la llama para cerciorarse de la hora. Tenía un reloj de pulsera, otro regalo. Era un reloj antiguo y aparatoso, era a cuerda. Se lo paso su padre y ante de eso su abuelo a él. Había decidido hace muy poco no volver a sacárselo. Era automático, es decir se da cuerda solo pero debes tenerlo puesto y el movimiento al caminar o mover el brazo le iría dando cuerda. Un “Citizen” comprado con el primer sueldo de un abuelo que ya no estaba en este mundo.
Eran las 5:11, se levanto y se acerco a la ventana. Había poco movimiento afuera, el gato se despertó junto con él. Siempre tenía la vaga idea de estar conectado de cierta forma con ese animal y no era el primero que lo pensaba. El felino lo miro un rato y siguió durmiendo sobre una de las almohadas en la cama. Él se acerco a la pecera y le dio un poco de comida a esos peces que parecían nunca dormir, quizás tampoco les gustaba dormir como le solía suceder. Intento sacarse el sueño de la cabeza y se fue a la cocina.
Los ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y cuando abrió el refrigerador la luz que emanaba de él y la falta de alimento en su interior lo cegó un rato. Había una cerveza y unos huevos, se fijo si quedaba pan en algún lugar de la casa sabiendo de antemano que no había comprado el día anterior. Saco la cerveza y cerró la puerta. El “Malboro” se había consumido hace rato, abrió la botella y comenzó a beber. Se sentó en el sillón del living con su cerveza y se dedico a ver por el ventanal como amanecía…
Despertó horas después en “bóxer” y con el gato durmiendo encima de él la cerveza estaba en el suelo a medio terminar y otro cigarro estaba completamente consumido en el cenicero. El día estaba lluvioso, vio la hora en su reloj pero este se había parado…

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