viernes, 24 de enero de 2020

Saco de la mochila un paquete entubado, rompió el abre fácil con un dedo y retiro una bolsa de basura oscura y brillante. La agito al viento y la abombo, luego con un rama relativamente grande comenzó a recoger los trozos de papel que habían quedado regados por todos lados. Camino varias cuadras moviendo su carro, que cada vez tenia mas bolsas negras completas y cerradas. Doblo una esquina, dejo el carro estacionado y se sentó sobre la acera. Abrió la mochila y saco un paquete cuidadosamente envuelto en servilletas. Adentro había un pan con mantequilla por un lado, era poca pero esparcida cuidadosamente para que cubriera todos los bordes del cuarto de marraqueta, en el otro pan había una rodaja de tomate. El poto del que había robado hace unos días, la comida iba escaseando. Los vuelve a cerrar, se come la mitad y limpia las migas con el dedo mientras las deja en su boca. Se levanta y se acerca a la reja de una casa, llama con una piedra, con la otra mano agita una botella de coca cola vaciá y pidió si se la podían llenar de agua. Salio una señora algo asustada, gritando que que quería, que hay un timbre y no es necesario tocar con una piedra. Hace el mismo ademan con la botella y grita. Agua, la señora lo queda mirando un rato. Entra a la casa y sale con una botella más grande y se la da. La toma y la bebe ahí mismo, la mitad de la botella y la devuelve. La señora se niega y se retira, el guarda la botella grande en su mochila y la pequeña la deja en las bolsas de basura. Sigue su camino por el entramado de calles recogiendo basura, luego llega a la recicladora, le da unos pocos pesos por las bolsas con aluminio, otras de cartón y otras de plástico. El orgánico lo separan y se va con el resto de basura para hacer compost. Se despide y avanza por la calles. Lleva el carro por el parque, pasando por el pasto con gran esfuerzo. Llega hasta un espacio creado entre una estatua y varios arboles, saca de entre las malezas un colchón. Lo golpea con las palmas y le saca un poco el polvo, arma con unas telas unas paredes y se sienta sobre el colchón. El carro sirve como puerta, se acerca dos perros y se sientan a su lado, el los palmetea con cariño y saca trozos de una empanada de la chaqueta y se los da, se echan a dormir. El ladrido de uno de los perros lo despierta sobresaltado, el otro comienza a gruñir. Se escucha un grupo hablando fuerte, gritando, deben estar de joda piensa. Pero escucha que los pasos se acercan, se pone alerta. Los perros se levantan. Alguien grita, “he viejo dile a los perros que no hacemos nada” y los toca y se tranquilizan. El grupo se acerca, son tres chicos. “viejo te querés ganar un poco de plata” le dice uno cagado de la risa, el otro esta atrás igual sonriendo. El tercero solo quiere irse, “dejemos en paz al tipo boludo, es re tarde” El otro lo manda a callar y le grita, “no seguís caliente por lo de hoy día? Vamos esto te va a dejar mas tranquilo, me lo enseño mi viejo y a este el suyo. Siempre ha sido así, he viejo, querés o no querés? El hombre se levanta y los mira desafiantes, “salí acá y te explicamos” el viejo mueve las cortinas y cuando sale le llega un puñetazo en la cara que lo desestabiliza pero no lo bota. Se yergue y los mira desafiantes, “eso viejo, te pegamos y por cada patada que recibas te pasamo plata. El viejo avanza y le llega una patada en el estomago que lo hace arrodillarse, los pibes le tiran dos billetes. El los agarra y los guarda aun arrodillado… “viste boludo, si quiere… dale, vamos” el segundo amigo no espera que se levante y le da un rodillazo en la nariz. El viejo trastabilla, y cae de espaldas, el billete aterriza sobre su pecho, los perros comienzan a ladrar y el los echa. Se levanta y se abalanza sobre uno, pero el tercero lo agarra por detrás. “te quería pegar… así no era el trato” Los otros dos se enojan y los muelen a palos” El viejo esta tirado en el suelo, todo sangrando. Mirando al cielo, los perros lamen su piernas y brazos. Se escucha una voz muy serena que se acerca. Les tira algo a los perros y ellos se alejan a comerlo. Se agacha al lado del viejo y le da a beber agua. El viejo lo mira desafiante, es un tipo común. Le pasa un trapo con agua por las heridas de la cara y le dice que se levante porque tiene la nariz rota y se puede ahogar. El viejo se sienta sobre el pasto y el tipo se arrodilla otra vez a su lado. Le dice, si quieres te das un baño en mi casa y comes un poco, te parece? Vi lo que hicieron esos pendejos y no podía quedar así, llame a la policía pero ellos se fueron antes de que ella llegara y te dejaron tirado. Decidí bajar y ayudarte. El viejo lo miro mucho rato y apunto sus cosas, el las miro y se voltea “no te preocupes por esas cosas anda, vamos parate y te ayudo a ir” Levanta al viejo de un brazo y se lo pone detrás de la espalda, lo lleve entre a rastras y cargando. Suben al departamento y lo lleva al baño, lo sienta en la taza, le pasa una toalla y cierra la puerta. El viejo mira la toalla, es blanca y apenas la toca la mancha de barro y sangre. La deja en el lavamanos, se levanta y mira su reflejo en el espejo, comienza a desvestirse y se baña. El agua cae por su cara y la limpia, el vapor de agua se mezcla con un increíble aroma que lo hace babear. Sale de la ducha, se seca y se vuelve a vestir. Sale del baño y el tipo le dice que bote esa ropa, que en la cama le dejo otra para que se cambie y que se apure porque la comida se enfriá. El viejo vuelve a desvestirse y se cambia de ropa, entra a la cocina bañada del maravilloso olor y en la mesa solo hay un puesto. Al otro extremo esta sentado el hombre, se sienta y vuelve a mirar fijamente al hombre. Este lo mira y asienta para que come, al mismo tiempo dice vamos que se enfriá y hay varios platos mas. El viejo come a toda prisa y el señor le trae mas comida. Le sirve vino en una copa. El viejo come y bebe todo lo que le ofrecen hasta no poder mas, se cae de sueño. El señor lo ayuda y lo lleva a una pieza, le dice que esta es su cama por todo el tiempo que quiera dormir que ya mas tarde el hablaría con el. El viejo se recuesta y queda dormido. Suena la puerta abrirse es el señor con un café y unas tostadas que deja en la mesa, toca al viejo para que despierte y este se asusta y se levanta rápido en alerta. “Tranquilo, tranquilo. Esta todo bien, come esto. Te espero en el living” El viejo termina todo, bastante rápido. Camina por la casa buscando el living y ve al señor sentado en un sillón que lo llama, “eh, es acá siéntate al frente mio por favor” Sobre la mesa hay un revolver, el viejo se asusta. “Tranquilo, no pasa nada. Es para mi” El viejo abre los ojos y mira a la salida. “Quiero que me mates, esa es la verdad. Soy un cobarde y te he ayudado estos días porque vi la oportunidad para aprovecharme de eso” No te preocupes, no necesitas saber nada mas, solo toma la pistola apuntala a mi cabeza y dispara, luego te puedes ir tranquilo de esta casa.

No hay comentarios: