A veces sueño que caigo, una eterna caída libre. Es común soñar que vuelas, para mi es común soñar caer, ni siquiera flotar. Caer lentamente, rápidamente da lo mismo. La caída es inminente y a mi alrededor pasan mil objetos, arboles gigantescos con sus raíces en el aire, riscos y piedras sobresalientes que intento esquivar por miedo al posible golpe. Situaciones, objetos y personas, pero nada evita que siga cayendo. Como si una fuerza me absorbiera hacia abajo, a veces intento agarrarme, asirme, sostenerme de algo pero todos los objetos o personas que pasan son intangibles etéreos.
Otras intento ponerme cómodo, acostumbrarme al hecho de constante caída pero no puedo. Siempre ocurre algo que hace más abrupto el viaje en descenso. En el sueño recurrente a veces hay un pozo de agua, lo veo desde arriba mientras me acerco inevitablemente. Pensaría que el golpe al venir cayendo tanto rato y con tanta aceleración seria horroroso pero no lo es, atravieso el agua como si fuera una burbuja de jabón y el chapoteo, el splash es gigantesco. Me desespero por creer no poder respirar y no veo lo que hay en las profundidades y a mí alrededor… siempre pasa. Pero sigo cayendo, en esta caso hundiéndome. Y al llegar al fondo lodoso, lo atravieso y vuelve a haber cielo, infierno, limbo o la nada. Y la caída sigue su trayecto…
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