lunes, 22 de noviembre de 2010
capitulo 1
Abro los ojos, veo borroso. Los cierro y los vuelvo a abrir y miro directamente al techo. Hay una lámpara antigua con tres soquetes para ampolletas solo hay dos y están cubiertas de polvo. El techo parece de un material rugoso. Saco mi mano derecha de entre las sabanas, tiro hacia atrás la chaqueta de cuero y veo la hora en el reloj que me regalo mi padre y solo me saco para ducharme. Creo que es el único contacto que tengo con la realidad, por eso tengo la manía de ser lo primero que vea en la mañana. Me extraña que este con chaqueta y acostado, intento recordar la noche anterior pero me es difícil, hay borrones, imágenes imperfectas, pequeños apagones y en otras imágenes mucha luz. Sigo tirado en la cama con el brazo encima de la cara, mirando fijamente las agujas del reloj. Estoy en una cama matrimonial, es grande y a mi derecha hay una mujer acostada, duerme dándome la espalda. Veo entre las frazadas y me percato de su desnudez, recién entonces me examino yo. Solo tengo puesta la chaqueta nada más. Reviso la pieza para ver mis cosas, en el escritorio hay cigarrillos y mi encendedor. Me alegro de saber que sigue vivo, es el regalo de un amigo. Un “Zippo” bastante magullado por constantes caídas y que han encendido miles de cigarros. Saco uno, me levanto de la cama y lo prendo. Veo mis zapatillas y me las pongo, ahora me veo mucho más ridículo que antes pero es mejor que nada. La pieza es pequeña para el tamaño de la cama, hay una guitarra, una pila de ropa, libros y discos tirados por todos lados. Debo ir al baño, siento un sabor raro en la boca y me pregunto si abre vomitada y si lo hice donde fue… en fin. Salgo de la pieza a buscar el baño, reviso una pieza primero pero solo hay una cama desecha. La siguiente puerta que reviso da en el blanco. Dejo el cigarrillo en la boca y me alegro de estar desnudo porque mear se hace mucho más fácil. Veo mi cara en el espejo, tengo los labios hinchados, rasguñones en el pecho y un moretón en la pierna. Salgo del baño y voy a buscar en la casa para largarme de ahí. El olor de mi orina y lo pegajoso de mi pija me hace pensar que estuve tirando con la mina que estaba en la pieza, me gustaría saber cómo se llama o quizás si lo disfrute, lastima. No tengo idea que día es, creo que es domingo y la hora de mi reloj me hace pensar que estoy atrasado, no sé a qué pero atrasado. Voy a la pieza, mi pantalón esta debajo de la cama. Mi camiseta está entre los cojines, mis calzoncillos y calcetines perdidos. Me visto como puedo, me acerco a la cama y la niña se da vuelta y me dice: Hola. Yo les respondo adiós. Tomo un cigarro y me largo.
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