Julio, mas conocido como el sicópata de Alto Hospicio, mató en el lapso de tres años a nueve escolares. Oriundo de Puchuncaví, pasó la mayor parte de sus 38 años ahí, era un pueblo pequeño y todos lo conocían como una persona tranquila, silenciosa e introvertida. El celebre sicópata que dio muerte a una serie de mujeres, todas ellas menores de edad. Julio Pérez se caso con Mónica Cisternas a los 22 años y tuvieron 2 hijas, con el tiempo se separaría y regresaría a Puchuncaví con Marianela Vergara, con quien convivo 5 años.
La mala racha lo obligó a emigrar a Iquique en busca de mejores oportunidades. Ahora se encuentra tras las rejas e incomunicado en Arica, y sigue sin dar pistas de por qué mató a todas esas niñas, “no sé por que lo hice” sigue siendo la respuesta. En Iquique trabajó cargando sacos de sal, conoció a Nancy Boero y bastaron 2 semanas para que se fuera a vivir juntos a Alto Hospicio, en el sector La Negra. Nancy era y es incondicional a Julio, tiene 14 años mas que el y 6 hijas. Con el tiempo se cambiaron al sector La Autoconstrucción, Nancy era funcionaria de la Municipalidad y Pérez trabaja como taxista de manera ocasional. Vivían en una casa de Cholguán y nylon. Nadie podría creer que él cometiera crímenes tan escabrosos, ni llegar a ser conocido como el sicópata más frío de chile.
Tenía tres perros –Duquesa, Nacho y el Hijo-, poco después de llegar a Alto Hospicio trabajó como obrero de la construcción, y cambió el auto Nissan color gris metálico por un Toyota Corolla blanco, auto con el que cometería los crímenes y el que recordaría luego la menor de 13 años que logró salir con vida de uno de los intentos de violación y asesinato. Nadie creería que el podía ser un asesino, le encantaba el fútbol y era bueno en ello. No era el criminal prototipo, tenía una fama intachable e incluso agradaba a las mujeres por su buena pinta.
En 1998 recogió en Iquique a la menor Graciela Saravia y le ofreció dinero a cambio de sexo, la niña intentó robarle, el enfurecido la mata y abandona en una playa. Ha nacido el asesino. Siempre fue pulcro, nadie se extrañaba que viviera bañándose, limpiando el auto, tiñéndose las canas o sólo teniendo un cambio de “look” en el cabello. Pero todo era para despistar, para limpiar las huellas y para que nadie lo reconozca
En 1999 fue Macarena Sánchez de 13 años. Julio Pérez Silva se ofrece a llevarla al liceo, el modo era el mismo que usaría para todos los siguientes asesinatos, amenazarla con un cuchillo y sacarla del auto a caminar en medio de la pampa, luego la violó, ató de manos la tiró en un pique minero.
En el 2000, febrero tuvo dos víctimas, la menor Sara Gómez y la joven promotora de celulares Angélica Lay, de quien los detectives de investigaciones no tenían idea de la desaparición hasta que Julio confeso. En esos momentos los noticiarios pasaban notas de las extrañas desapariciones y las aclaraban mencionando que escapaban de la pobreza y las pocas posibilidades de triunfar en Alto Hospicio.
En el mes de Marzo, comente el cuarto asesinato. Laura Zola de 14 años no regresa a casa. En abril, termina con la vida de Katherine Arce. En mayo, encaminó a Patricia Palma de 17 años desde el liceo a su casa, no se supo más de ella. En Junio a Macarena Montecinos y, finalmente, en Julio asesinó a Viviana Garay. Su último asesinato. El padre de Viviana movilizo a la población para la búsqueda del malhechor. Julio cesó en las violaciones, pero no por mucho.
En Abril del 2001, violó a una menor de 16 años llamada Maritza, ella escapo pero no pudo reconocer a su agresor. Extrajeron muestras de ADN que resultaron idénticas a las de Julio. El 3 de Octubre de 2001 fue la última violación e intento de asesinato, pero Bárbara N. se negó a morir. Julio estaba atrapado, el sicópata de Alto Hospicio fue encontrado y obligado a confesar sus crímenes. Él nunca supo por qué lo hizo o que lo llevó a cometer esas atrocidades.
El patrón que seguía el sicópata era el mismo, eran niñas morenas, delgadas, de larga cabellera y las seguía con días de anticipación antes de actuar. Las alentaba a subirse al auto, usando su carisma y su fama de buena persona en el pueblo. Las amenazaba con un cuchillo, las golpeaba hasta dejarlas inconscientes, las ataba de manos y pies, las violaba y luego cubría su cuerpo con bolsas de basura y las abandonaba en algún pique minero abandonado.
1 comentario:
· Kahlil Gibran, filósofo: “Del sufrimiento han surgido las almas más fuertes, los caracteres más sólidos están plagados de cicatrices”.
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